“Y en ningún otro hay salvación; porque no
hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres,
en que podamos ser salvos”
(Hechos
4:12).
Aunque el hombre no
puede comprender totalmente a
Dios, Dios ha empleado
varios métodos para revelarse a
la humanidad. Uno de
estos métodos es el uso de diferentes títulos o nombres para identificarse a Sí mismo.
El Significado de un Nombre
El uso de nombres en
los tiempos de la Biblia, especialmente en los días del Antiguo Testamento, llevaba
mucho más importancia
que hoy en día. La gente frecuentemente usaba nombres para dar a conocer algo
sobre las características,
historia o naturaleza de los individuos, y Dios hizo lo mismo. Entonces, Dios cambió el
nombre de Abram (padre
exaltado) a Abraham (padre de
una multitud), y el
nombre de Jacob (suplantador,
engañoso) a Israel (él
reinará como Dios). Aun en el
Nuevo Testamento, Jesús
cambió el nombre de Simón
(oyente) a Pedro (una
roca). La Biblia Amplificada
(inglés)
cita en una nota sobre I Reyes 8:43 del Diccionario Davis de
la Biblia, el Comentario de Ellicott sobre la Biblia Entera, y El Diccionario Nuevo de la Biblia para indicar la importancia del nombre de Dios. “El
saber el nombre de Dios es el atestiguar la manifestación de esos atributos y
prender aquel carácter que el nombre denota . . . El nombre de Dios, es decir, Su revelación personal .
. . El nombre significa la presencia activa de la persona en la plenitud del carácter revelado.” Los profesores
Flanders y Cresson, de la Universidad Baylor, declaran: “Para los antiguos el nombre es una parte de la
persona, una extensión de la personalidad del individuo.”1 Dios usó nombres como un medio de revelación personal
progresiva. Por ejemplo,
en Exodo 6:3 Dios dijo, “Y
aparecí a Abraham, a
Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVA no me di a conocer a ellos”. Los versículos 4 al 8 hacen claro que
el significado del nombre Jehová a Israel era su asociación con la redención y la salvación. Sabemos que Abraham sí usó
el nombre Jehová (Génesis 22:14); sin embargo, Dios no le dio a conocer la importancia plena de este nombre en
su aspecto redentivo. Entonces, en Exodo 6:3 Dios prometió revelarse a Su pueblo en una manera nueva. Es decir,
El comenzó a asociar Su nombre con una comprensión nueva de Su carácter y presencia.
Además de usar nombres
para manifestar Su carácter,
Dios usó Su nombre para
manifestar Su presencia. En la
dedicación del Templo,
Salomón reconoció que Dios era
omnipresente y que ningún
templo lo podría contener (I
Reyes 8:27). Ya que
Dios llena el universo, Salomón pre-
guntó cómo el Templo,
una estructura hecha por el hombre, lo podría contener. Entonces él contestó su propia pregunta por recordarle a Dios de Su promesa: “Mi
nombre estará allí” (I Reyes 8:29). Aunque la omnipresencia de Dios no podía ser restringido al Templo, sin embargo
la plenitud de Su carácter como representado por Su nombre podía morar allí. Salomón siguió orando
“para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre” (I Reyes 8:43). Una vez más, esto vincula el
nombre de Dios con una revelación en Su carácter. Dios mismo usó el concepto de Su nombre para representar la revelación de Su naturaleza y poder.
El le dijo a Faraón, “Y a la verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado
en toda la tierra” (Exodo 9:16).
El nombre de Dios representa
Su autoridad al igual
que Su poder. Por ejemplo,
El invirtió Su nombre en el
ángel que condujo a
los Israelitas (Exodo 23:21). Esto
probablemente era una
teofanía de Dios ya que el pasaje
expresa la idea que
el ángel actuó con toda la autoridad
de Dios mismo.
El nombre de Dios representa
lo siguiente: 1) la presencia
de Dios, 2)
la revelación de Su carácter, 3) Su poder
y 4)
Su autoridad.
En seguida hay algunos
otros puntos que demuestran
la importancia que Dios
pone en Su nombre:
1.
Dios demanda temor (reverencia, respeto) a Su
nombre (Deuteronomio
28:58-59). El manda al hombre
que no tome Su nombre
en vano (Exodo 20:7).
2.
Dios advierte a Su pueblo que no olviden Su nombre
(Salmo 44:20-21; Jeremías
23:25-27).
3.
Dios promete una bendición para aquellos que
conocen Su nombre (Salmo
91:14-16). Hay una bendición
para aquellos que piensan
en Su nombre (Malaquías 3:16).
Con la importancia del
nombre en mente, examinemos
algunos nombres usados
para Dios en el Antiguo Testamento.
Nombres
o Títulos de Dios
En
el Antiguo Testamento
En seguida hay una lista
de las palabras principales
usadas para designar
a Dios en el Antiguo Testamento.
Nombres Para Dios en el Antiguo Testamento
Ejemplo de
Español Hebreo las Escrituras
1. Dios
Elohim Génesis 1:1
2. Dios
El Génesis 14:18
3. Dios
Eloah Nehemías 9:17
4. Dios
Elah (forma Aramea) Daniel 2:18
5. Jehová
YHWH (Yahvé) Génesis 15:2
6. JAH
YH (Yah) Salmo 68:4
7. Señor
Adon Josué 3:11
8. Señor
Adonai Génesis 15:2
9. YO SOY
EL QUE SOY Eheyeh asher Eheyeh Exodo 3:14
10. YO
SOY Eheyeh Exodo 3:14
11. El
Dios Altísimo El-Elyon Génesis 14:18
12. Dios
que ve El-Roiy Génesis 16:13
13. Dios
Todopoderoso El-Shaddai Génesis 17:1
14. Dios
Eterno El-Olam Génesis 21:33
El significa fuerza,
potente, omnipotente, o, por
extensión, deidad. Eloah
probablemente se deriva de el, y
siempre refiere a la
deidad. Elah es la forma aramea
(caldea) de Eloah. Elohim
es la forma plural de Eloah, y
el Antiguo Testamento
usa esta palabra más de cualquier
otra para significar
Dios. En este caso, la plural es una
forma intensiva que
denota la grandeza, majestad, y los
atributos múltiples
de Dios. (Véase el Capítulo VII.) La Biblia también usa la palabra elohim para hacer referencia a dioses falsos (Jueces
8:33), seres espirituales (I Samuel 28:13), y jueces o gobernadores humanos (Salmo 82). En estos casos se traduce dios o
dioses. Adon significa gobernador, maestro, o señor ya sea humano, angélico, o divino.
Adonai es la forma enfática de Adon, y específicamente se refiere al Señor (Dios).
Yahvé (Jehová) es el
nombre redentivo de Dios en el
Antiguo Testamento (Exodo
6:3-8), y el nombre único
por el cual el único
Dios verdadero se distinguió a Sí
mismo en el Antiguo
Testamento de todo otro dios (Isaías
42:8). Significa el
“Auto-Existente o el Eterno.” Este concepto también aparece en las frases “YO SOY EL QUE
SOY” y “YO
SOY,” usadas por Dios acerca de Sí mismo.
Flanders y Cresson explican
que Yahvé es la forma en la
tercera persona del
verbo “ser” en el hebreo.3 Yahvé significa “El es.” Cuando es usado por Dios, la forma
del
verbo está en la primera
persona, o “Yo Soy.” En otros términos, Yahvé y “Yo Soy” son diferentes formas del mismoverbo.
Además, ambos implican una existencia activa (posiblemente causante o creativa) en vez de simplemente una
existencia pasiva.
En algunas ocasiones,
los traductores de las Escrituras
seguían una antigua
tradición judía de sustituir
Adonai para YHWH cuando
copiaban o leían las Escrituras.
Esta costumbre desarrolló
porque los judíos querían
evitar tomar el nombre
de Dios en vano, que infringiría el
Tercer Mandamiento (Exodo
20:7). Ellos sentían que por
constantemente repetir
el sagrado nombre de Dios
podrían comenzar a tratarlo
demasiado informal y ligeramente.
El nombre de Dios era
tan santo y sagrado que
ellos no se sentían
dignos de usarlo.
Jesús y los apóstoles
también siguieron esta costumbre.
El Nuevo Testamento
usa la palabra griega kurios, significando Señor, al citar escrituras del Antiguo Testamento que
contienen YHWH (Mateo 3:3; 4:7, etc.).
Ya que el hebreo antiguo
no usaba vocales escritos y
ya que los judíos dejaron
de hablar el nombre sagrado,
nadie sabe cuál era
la pronunciación original de YHWH.
Todo lo que tenemos
son las cuatro letras hebreas (llamados el tetragrámaton) que son comunmente trasliterados como YHWH o JHVH y pronunciados Yahvé (hebreo) o Jehová
(español). Nosotros usaremos Jehová en el resto del libro para conformar al español tradicional y al uso de la
versión Reina-Valera.
Los Nombres Compuestos de Jehová
Además de las ya mencionadas
designaciones para
Dios, el Antiguo Testamento
usa un número de nombres
compuestos de Jehová
para describirle a Dios y para revelarlo
aun más. Se enumeran
en la siguiente tabulación.4
Los números 1, 3, y
5 aparecen como tal en la mayoría de
las versiones en español;
los demás aparecen en el hebreo
pero se traducen en
el español. Además, el Nuevo Testamento
usa “el Señor
de los ejércitos” dos veces (Romanos
9:29; Santiago 5:4).
Nombres
Compuestos de Jehová
Nombre
Escritura Significado
1. Jehová-jire Génesis
22:14 Jehová verá
(p. ej., proveerá)
2. Jehová-rafa Exodo
15:26 Jehová que sana
3. Jehová-nisi Exodo
17:15 Jehová nuestra bandera
(p. ej., victoria)
4. Jehová-m’kades
Exodo 31:13 Jehová que santifica
5. Jehová-salom Jueces
6:24 Jehová nuestra paz
6. Jehová-sabaot I Samuel
1:3 Jehová de los ejércitos
(p. ej., omnipotente)
7. Jehová-elyón Salmo
7:17 Jehová el altísimo
8. Jehová-rá-a Salmo
23:1 Jehová mi pastor
9. Jehová-hoseenu Salmo
95:6 Jehová nuestro hacedor
10. Jehová-sidkenu Jeremías
23:6 Jehová nuestra justicia
11. Jehová-sama Ezequiel
48:35 Jehová está presente
La
Revelación Progresiva Del Nombre
Hallamos que en el Antiguo
Testamento Dios progresivamente dió a conocer más acerca de Sí mismo al surgir necesidades diversas en las vidas de los hombres, y
usó nombres para expresar esta revelación personal. Cuando Abraham necesitó un cordero para sacrificar, Dios se
reveló como Jehová-jire, Jehová que provee. Cuando Israel necesitaba liberación, Dios reveló que Su nombre Jehová
tenía una importancia anteriormente desconocida respecto a liberación y salvación (Exodo 6:3-8). Cuando Israel
necesitaba protección de la enfermedad, Dios se reveló como Jehová-rafa, Jehová que sana. Cuando Israel necesitaba
victoria sobre los enemigos, Dios se reveló como Jehová-nisi, Jehová nuestra bandera, p. ej. victoria.
Así, los nombres y los títulos descritos sobre todo dan a conocer aspectos importantes acerca de la naturaleza de Dios.
Sin embargo, ninguno de ellos es una revelación
completa de la naturaleza
de Dios. Mucha gente en el
Antiguo Testamento se
dieron cuenta de esto; ellos
desearon saber más de
Dios y expresaron su deseo en
pedir saber Su nombre.
Cuando Jacob luchó con el hombre en Peniel (una manifestación de Dios), él pidió,
“Declárame ahora
tu nombre.” Dios no le dio a conocer
Su nombre, pero sí le
bendijo (Génesis 32:29). Manoa, el
padre de Sansón, le
preguntó al ángel de Jehová cuál era
su nombre y recibió
esta respuesta: “¿Por qué preguntas
por mi nombre, que es
admirable?” (Jueces 13:18). El
profeta Agur preguntó
acerca de Dios, “¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?” (Proverbios 30:4). El
miraba al futuro, tratando de ver por qué nombre Dios se daría a conocer cuando El aparecería como el Hijo. Zacarías
profetizó que un tiempo vendría cuando Jehová sería el rey sobre toda la tierra, y “En aquel día Jehová será
uno, y uno su nombre” (Zacarías 14:9).
El Nombre de Jesús
Cuando llegó el cumplimiento
del tiempo, Dios sí
sació los anhelos de
Su pueblo y se reveló en todo Su
poder y gloria mediante
el nombre Jesús. Jesús es el
equivalente griego del
nombre hebreo diversamente traducido como Jesúa (Esdras 2:2), o Josué (Exodo 17:9).
Ambos Hechos 7:45 y
Hebreos 4:8 demuestran que Jesús
es el mismo nombre que
Josué.
Jesús significa Jehová-Salvador,
Jehová nuestra Salvación, o Jehová es Salvación.5 Es por eso que el ángel dijo, “Y dará
a luz un hijo, y llamarás su nombre JESUS, porque El salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21).
La identificación del nombre de Jesús con la salvación es particularmente evidente porque el hebreo para Jesúa
es prácticamente idéntico al hebreo para salvación, especialmente ya que el antiguo hebreo no usaba vocales escritos.
De hecho, la Concordancia Exhaustiva Strong’s (en inglés) traduce
literalmente a Jesúa como Yeshuwa y la palabra hebrea para la salvación como Yeshuwah. Aunque otros han llevado el nombre Josué
o Jesús, el Señor Jesucristo es el único quien realmente ha alcanzado las implicaciones de aquel nombre. El es
el único quien es realmente lo que aquel nombre describe. Jesús es la culminación de todo los nombres de Dios
del Antiguo Testamento. Es el nombre más alto y exaltado que jamás ha sido revelado a la humanidad. (Véase el
Capítulo IV para comprobar que Jesús cumple todos los once nombres compuestos de Jehová que hemos enumerado.)
El nombre de Jesús es
el nombre de Dios que El
prometió dar a conocer
cuando El dijo, “Por tanto, mi
pueblo sabrá mi nombre”
(Isaías 52:6). Es el único nombre de Zacarías 14:9 que comprende e incluye todos los otros nombres de Dios dentro de su significado.
La iglesia del Nuevo
Testamento es identificada por el
nombre de Jesús. Actualmente
Jesús dijo que nosotros
seríamos aborrecidos
por todos por causa de Su nombre
(Mateo 10:22). La Iglesia
primitiva fue perseguida por el
nombre de Jesús (Hechos
5:28, 9:21, 15:26), y ellos lo
consideraban como un
privilegio ser tenidos por dignos
de sufrir por Su nombre
(Hechos 5:41). Pedro declaró
que el hombre cojo en
la puerta Hermosa fue sanado “por
el nombre de Jesucristo
de Nazaret” (Hechos 4:10). El
entonces explicó la
supremacía y la esencialidad de este
nombre en cuanto a recibir
la salvación: “Y en ningun
otro hay salvación;
porque no hay otro nombre bajo el
cielo, dado a los hombres,
en que podamos ser salvos”
(Hechos 4:12). El Apóstol
Pablo escribió, “Por lo cual
Dios también le exaltó
hasta lo sumo, y le dió un nombre
que es sobre todo nombre,
para que en al nombre de
Jesús se doble toda
rodilla de los que están en los cielos,
y en la tierra, y debajo
de la tierra” (Filipenses 2:9-10).
A causa de la posición
exaltada de este nombre, se
nos exhorta a depender
del nombre de Jesús en todo lo
que hacemos o decimos:
“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor
Jesús” (Colosenses
3:17). Nosotros enseñamos y
predicamos en el nombre
de Jesús (Hechos 4:17-l8;
5:28). Echamos fuera
demonios, hablamos en lenguas,
recibimos protección
y poder sobrenatural, y oramos por
los enfermos—todo
en el nombre de Jesús (Marco 16:17-
18; Santiago 5:14).
Señales y maravillas son hechas por
el nombre de Jesús (Hechos
4:30). Oramos y hacemos
conocer las peticiones
a Dios en el nombre de Jesús (Juan
14:13-14; 16:23). Nos
reunimos en el nombre de Jesús
(Mateo 18:20). Bautizamos
en el nombre de Jesús
(Hechos 2:38). ¿Significa esto que el nombre de Jesús es algún tipo de fórmula mágica? No. Para
que el nombre de Jesús sea eficaz nosotros debemos tener fe en Su nombre (Hechos 3:16). Debemos conocer a y tener fe en Aquel que es
representado por ese nombre (Hechos 19:13-17). El nombre de Jesús es único porque, desemejante a cualquier otro
nombre, representa la presencia de su propietario. Representa la presencia, el poder, y la obra de Dios. Cuando nosotros
hablamos el nombre de Jesús en fe, Jesús mismo actualmente se encuentra presente y comienza a trabajar. El poder no
viene del sonido del nombre, sino que viene porque la expresión del nombre en fe demuestra obediencia a la Palabra
de Dios y fe en la obra de Jesús.
Cuando decimos Su nombre
en fe, Jesús manifiesta Su
presencia, desempeña
la obra, y suple la necesidad.
Por lo tanto, Dios se
revela totalmente mediante el
nombre de Jesús. Hasta
el extento que nosotros le vemos,
conocemos, honramos,
creemos, y recibimos a Jesús,
hasta ese extento nosotros
vemos, conocemos, honramos,
creemos, y recibimos
a Dios Padre (Juan 5:23;
8:19; 12:44-45; 13:20;
14:7-9). Si le negamos a Jesús,
negamos al Padre (I
Juan 2:23), pero si usamos el nombre
de Jesús le glorificamos
al Padre (Colosenses 3:17).
La Biblia predijo que
el Mesías declararía el nombre
de Jehová (Salmo 22:22;
véase Hebreos 2:12). Jesús afirmó que El había manifestado y declarado el nombre del
Padre (Juan 17:6, 26).
Incluso, El heredó Su nombre del
Padre (Hebreos 1:4).
¿Como manifestó y declaró Jesús el
nombre del Padre? Lo
hizo por revelar el significado del
nombre mediante las
obras que El hizo, que eran las
obras de Jehová (Juan
14:10-11). Así como Dios en el
Antiguo Testamento progresivamente
reveló más sobre
Su naturaleza y Su nombre
por responder a las necesidades de Su pueblo, así Jesús en el Nuevo Testamento reveló plenamente la naturaleza y el nombre de Dios
mediante milagros, sanidades, el echar fuera de demonios, y el perdón de pecados. Jesús declaró el nombre del
Padre por Sus obras; porque por ellas El comprobó que El era desde luego el Padre, el Jehová del Antiguo
Testamento.
(Véase Isaías 35:4-6
con Lucas 7:19-22.) Por
demostrar el poder de
Dios según las profecías, El comprobó que Jesús era el nombre del Padre.
¿Por qué es el nombre
de Jesús la revelación plena de
Dios? Simplemente porque
Jesús es Jehová y en Jesús
mora toda la plenitud
de la Deidad corporalmente, incluso
el papel de Padre (Colosenses
2:9).